Maravillas históricas y naturales: oeste de Francia

La Dama de Hierro, uno de los monumentos más fotografiados del mundo, es un faro brillante en la Ciudad de la Luz. Su explanada, césped y jardines vibran de energía, mientras que las tres plataformas de observación de la torre ofrecen vistas panorámicas cada vez más impresionantes.

Montmartre, un pueblo dentro de una ciudad, fue el lugar favorito de artistas, poetas y otras mentes vanguardistas. Vale la pena visitar su emblemática Basílica del Sagrado Corazón, al igual que los cafés, las tiendas y las galerías que bordean las románticas calles adoquinadas.

A ambos lados del Sena se encuentran algunos de los barrios más codiciados de la ciudad. Pasee a orillas del río para admirar monumentos famosos, jardines y puentes, o relájese en el muelle como hacen tantos parisinos. Para tener otra perspectiva, disfrute de un crucero por el río.

Encargado por Napoleón III, el Palais Garnier es una obra maestra de la arquitectura de las Bellas Artes. Durante una visita o una actuación de ballet, descubra la opulencia como la gran escalera y los mosaicos del techo que brillan a la luz de los candelabros dorados.

Este resort junto al mar es famoso por su playa, una extensión de arena suave salpicada de coloridas sombrillas. Paralelo al borde del agua se encuentra su famoso paseo marítimo, Les Planches, con mosaicos de la belle époque y cabinas de baño nombradas en honor a estrellas de cine.

Entre la playa de Deauville, el puerto y el campo de polo hay un grupo de tiendas de alta costura (la segunda boutique de Coco Chanel está aquí) y una tienda departamental Printemps en un edificio de estilo normando, así como pintorescas tiendas de antigüedades y un mercado de comida tradicional.

Si Deauville es el campo de juegos de personas apasionadas de la moda, entonces Trouville es su hermano más culto y sereno. Al otro lado del puerto, el centro de la ciudad irradia un encanto y una belleza tranquilos que han atraído durante mucho tiempo a escritores, artistas y personas que buscan relajarse.

Como el complejo frente a la playa más antiguo de Francia, Trouville-sur-Mer ha sido el destino para los tratamientos con agua de mar desde el siglo XIX. Hoy en día, el Purist se basa en ese legado holístico con tratamientos marinos consagrados por el tiempo y tecnologías de vanguardia.

Ubicada entre Normandía y Bretaña, esta isla de mareas y su bahía son Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO por diversas razones: aguas que desaparecen durante la marea baja, rica historia como lugar de peregrinación y la magnífica abadía de 1000 años de antigüedad en la cima.

Bretaña tiene algunas de las mareas más extremas del mundo. Cuando el agua retrocede, es posible caminar por tierras inaccesibles en otros momentos del día. Estas y otras extensiones de arena son ideales para caminatas, pesca, búsquedas de tesoros, baños de mar y meditación.

Un clima templado, paisajes diversos y numerosos pueblos diminutos hacen de Bretaña un paraíso para los ciclistas. El ciclismo es la forma perfecta de explorar la costa rocosa, los páramos, los bosques, los castillos y los senderos de los canales, y conocer a los habitantes de esta región única.

No hay una forma más dulce de entender la cultura de Breizh que explorar sus numerosos mercados. Disfrute de la mañana explorando cosechas frescas, productos artesanales y especialidades locales como galettes de trigo sarraceno, kig ha farz y las muchas formas de disfrutar de las algas marinas.

Entre la desembocadura del Loira y el estuario de Gironda, las regiones de Vendée y Charente están bordeadas de áreas silvestres y costas arenosas, intercaladas con pintorescas poblaciones. Varias playas de vacaciones están centradas alrededor de Les Sables-d’Olonne.

Desde aldeas hasta pueblos, a lo largo de la costa o en la campiña, el ciclismo es una forma popular de moverse tanto para los lugareños como para los visitantes. Los ciclistas ávidos pueden viajar por Vélodyssée, la ruta europea en bicicleta que incluye la costa desde St-Brevin-les-Pins hasta Royan.

Con su aire revitalizante y un ritmo de vida suave, la costa atlántica crea el entorno perfecto para los centros vacacionales de bienestar. Muchos de los tratamientos holísticos se centran en los poderes curativos del agua de mar, elevados por terapias de vanguardia y vistas inspiradoras.

Algunas de las mejores ostras del mundo se cultivan en el estuario al sur de La Rochelle, gracias a su flujo de aguas dulces y saladas. Además de las ostras de Marennes-Oléron y otros tesoros del mar, esta área también es conocida por su coñac y los melones.

A la capital de Occitania se la llama La Ville Rose (La Ciudad Rosa) por sus edificios de ladrillo rojo, pero esta ciudad en el río Garona también deleita con su cordialidad, su centro histórico y su rico legado culinario.

Aunque alguna vez fue una vía de comunicación clave, este canal ahora es famoso por sus pintorescos paseos en barco, puentes y esclusas históricas, y tranquilos caminos bordeados de árboles. Explore esta maravilla de la ingeniería, cuyo punto de partida es Toulouse.

Pasear por esta fortaleza medieval es como retroceder en el tiempo. Rodeado de murallas, este museo viviente cuenta con torres, iglesias y otras estructuras cuidadosamente restauradas, algunas de las cuales ahora albergan encantadoras boutiques, restaurantes y hoteles.

Los picos entre Francia y España han sido durante mucho tiempo el hogar de asentamientos humanos, como lo demuestran las cuevas con pinturas prehistóricas. Hoy en día, esta pintoresca región atrae a los lugareños y visitantes con pueblos en la ladera de la montaña, estaciones de esquí y senderos panorámicos.